¿Por qué hacer un alto?


Hugo Cuesta

Junio 2020

Pascal decía que todas las desgracias del hombre vienen de no ser capaz de estar solo  y tranquilo en una habitación. Sin embargo, la velocidad se ha convertido en una forma de vida. Hoy el mundo demanda actividad, correr de un lugar a otro, trabajar sin descanso ¿haciendo qué?, qué importa, lo importante es estar ocupado y, muchas veces, nos entregamos a un híper activismo sin sentido que no nos lleva a ninguna parte, ah, pero eso si, a una gran velocidad. 


Edgar Allan Poe decía en su momento que el hombre es ahora mucho más activo, pero no más feliz de lo que lo era hace 2 mil años. De ahí la importancia de detenernos a reflexionar si las actividades y proyectos que consumen nuestros días están alineadas a nuestras metas o si nos alejan de ellas. 


No se puede descifrar si nuestras actividades y nuestro proyecto de vida están alineados sin hacer un alto, una pausa, como un medio tiempo de un partido de fútbol para analizar lo hecho y plantear la estrategia de lo que viene, y en términos futbolísticos, para ver si necesitamos hacer cambios.


Hay quien opina que una pausa total y en seco en la vida es suficiente, hay quienes se inclinan por hacer un alto total una vez al año para evaluar cómo vamos. Hoy estoy leyendo un libro de Robin Sharma "The 5 am club", para los que no somos madrugadores podemos llamarle el 6 am club, que sugiere hacer una pausa todos los días al levantarnos para meditar, orar y diseñar nuestro día. Tengo algunos meses haciéndolo y funciona muy bien.


Con la frecuencia que a ti te acomode, pero si no hacemos ese alto para redefinir nuestra posición en el mundo, nos puede pasar que la vida nos siga llevando atropelladamente por caminos que no queremos andar, y que llevan a lugares que no queremos llegar.


Hay momentos en nuestra vida en que enfrentamos lo que se llama momentos de definición, y cuando se presentan no dejan lugar a duda de que la forma como reaccionamos o las decisiones que tomemos van a tener una gran trascendencia en nuestra vida. 


Resultaría obvio que para analizar debidamente estas situaciones y tener la tranquilidad de tomar buenas decisiones deberíamos hacer un alto, para analizar, ponderar, reflexionar, pedir consejo, meditar, rezar y tomar la decisión apropiada, pero por más evidente que sea, muchas veces no ocurre y nos rehusamos a bajarnos de nuestra montaña rusa de activismo y pretendemos decidir sobre la marcha, sin hacer esa pausa, ese alto que la prudencia nos recomienda hacer por la importancia del asunto que traemos entre manos.  






 
Las consecuencias pueden ser fatales, tomar malas decisiones en momentos de definición nos puede arruinar la vida. La elección de una esposa o esposo, de una carrera, un trabajo, decisiones que impactan la vida de los hijos. Y puede ser que tomemos una mala decisión sobre un tema crucial, porque no nos dimos tiempo, porque no hicimos un alto para meditar y ponderar adecuadamente nuestra decisión.

Hay muchos momentos en la vida en los que un alto no es sólo conveniente sino necesario, indispensable, diría yo. Y uno de esos momentos es el de la crisis de la mitad de la vida.


Esa etapa de la vida a la que se refería Dante al decir: “A la mitad de la vida atravesé una selva obscura”. Es una etapa mucho más común y mucho más profunda de lo que estamos dispuestos a admitir, porque nos duele reconocernos vulnerables, frágiles y confundidos. Sobre todo si vamos por la vida pretendiendo tener todo bajo control. 


Este proceso lo he estudiado muy a fondo, al punto que he publicado a través de Editorial Grijalbo un libro con el título de "La crisis de la mitad de la vida", que ha sido muy bien recibido, y he invertido muchas horas en difundir este concepto que me parece un cambia vidas. 

Si bien este es uno de los altos que conviene hacer en la vida, no es el único. Ese alto puede darse por la fuerza, por un acontecimiento externo como un accidente, un divorcio, una quiebra, una enfermedad, la muerte de un ser querido etc., eventos que son suficientemente fuertes para "tumbarnos del caballo" y obligarnos a reflexionar sobre nuestra forma de vivir y redefinir nuestras prioridades, o cualquier evento externo que nos haga confrontarnos con lo verdaderamente importante y trascendente y que nos fuerce a poner en perspectiva la relativa importancia que tienen las cosas que nos ocupan y preocupan.


El enfrentarnos con la muerte o con la idea de que vamos a morir es un gran catalizador, porque frente a la muerte todas las otras cosas o preocupaciones pasan a segundo término y toman su lugar en su correspondiente nivel de importancia. Ante la muerte todo es relativo.

La otra opción es el alto voluntario. Una pausa que decidamos hacer por iniciativa propia, sin necesidad de un evento externo o aparente que nos desestabilice. Aunque normalmente necesitamos una sacudida para darnos cuenta que algo no va bien en nuestra vida y que es necesario redefinir el rumbo, ésta no necesariamente debe venir de un evento externo. Puede ser el resultado de un acontecimiento menor que tenga para nosotros un significado especial que nos haga despertar del letargo de la rutina y nos ponga frente a nosotros mismos de una forma que solo nosotros podemos entender cuando nos ocurre.

La propia conciencia tiene mil formas de mandarnos señales, pero solo las captaremos si prestamos atención. 

Cada quien enfrenta sus momentos de definición a su tiempo y a su manera y para cada quien el detonador puede ser diferente. Lo que tienen en común estos detonadores, es que nos mandan una señal urgente, impostergable de la necesidad de hacer un alto, levantar la cabeza, y  detenernos para dar respuesta a las preguntas difíciles acerca de nuestra persona y nuestra vida; esas que creíamos tener resueltas. 

¿Quién soy, de dónde vengo, a dónde voy, para qué estoy aquí?. Abordar estas preguntas con la profundidad debida nos ayudará a diseñar un proyecto de vida en el que dejemos de perseguir metas temporales y busquemos las trascendentes, y si esas preguntas no son suficientemente fuertes para hacer un alto, te dejo con esta última pregunta que cala hasta los huesos.



¿Eres feliz?







Para conocer el video completo visita el siguiente link: https://youtu.be/jO0z7W7jYto 



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