Las 6 dimensiones del éxito
Hugo Cuesta
Febrero 2023
Según el Diccionario de la Real Academia la palabra éxito viene del latín exĭtus, que significa “salida” y es “el resultado feliz de un negocio, o proyecto”.
La palabra, por tanto, hace clara alusión a la salida o el final de un proyecto. La palabra éxito es sinónimo de resultado; no es un estado ni un proceso.
Para acudir al símil que tantas veces hemos utilizado, podemos decir que un equipo de fútbol es “exitoso” cuando logra la victoria, porque la victoria es el resultado deseado. “Jugaron bonito”, “le echaron ganas”, “lo intentaron” son nociones laterales y pueden ser útiles y valiosas, pero no son indicativos de éxito.
El éxito se mide en función de lo que se desea y lo que se obtiene.El mismo resultado para diferentes sujetos puede tener distintas lecturas de “éxito” según las expectativas y las circunstancias.
Tratándose de nuestro proyecto de vida, por tanto, el éxito tiene medida diferente para cada ser humano. No todos pueden –ni deben- ser exitosos en todos los campos. Esto sería imposible. Cada ser humano tiene diferentes pasiones, talentos, entorno y circunstancias. De allí que nuestro proyecto de vida sea tan personal y único para cada individuo; tan individual como su propia misión.
Considerando que cada persona es única e irrepetible, tanto como lo es su propia misión, en mi opinión el éxito de una persona se debería medir en la manera que su vida y su misión se identifiquen. A mayor semejanza de su vida con su misión, más exitoso es un individuo.
El éxito en la vida de una persona tiene seis dimensiones distintas, que aparecen aquí sin orden jerárquico:
Profesional o Empresarial.
Conocimientos.
Experiencia.
Prestigio.
Familiar.
Relaciones interpersonales sanas.
Cuota afectiva satisfecha. (Amar y ser amado)
Proyecto familiar funcional.
Social.
Amigos
Relaciones sociales.
Económica.
Autosuficiencia.
Ahorro.
Patrimonio.
Espiritual.
Cercanía con Dios.
Paz interior.
Práctica de la fe.
Personal.
Salud general.
Autoestima.
Congruencia de vida.
Me parece que es en estas seis dimensiones en las que se basa la plataforma de nuestro éxito. Si alguna de ellas se derrumba o debilita, la plataforma se desestabiliza y se pierde un atributo fundamental del éxito en nuestra vida: el balance.
Podemos pensar en estas seis dimensiones como seis columnas en una casa.
Si la mayoría de las columnas son fuertes pero una es temporalmente débil, entonces con la fuerza de aquellas la casa se mantiene en pie. Por ejemplo, si la dimensión corporal está comprometida por una enfermedad grave, las demás dimensiones nos permitirán mantener el balance. Saldremos adelante. Si pasamos por un difícil momento económico, pero nuestra familia, amigos, relación con Dios y cuerpo están sanos, muy probablemente podremos salir pronto del bache. Nuestras columnas fuertes son nuestra propia red de apoyo.
Si dos de las seis columnas enfrentan problemas, las cuatro restantes aún pueden sostener la casa y sacarnos de la crisis. No hay forma de que una sola columna –ni la económica, por ejemplo- sostenga toda la casa.
En los ejemplos que conocemos de millonarios que se suicidaron, es fácil pensar que su quiebra fue la causa de la desesperanza. Pero investigando un poco más a fondo, nos daremos cuenta que sus otras columnas no estaban suficientemente fuertes. Un hombre que va a la quiebra puede salir adelante si tiene una familia que lo apoye, amigos que lo aconsejen, una buena salud y una relación sana con Dios.
Pero si toda nuestra vida está soportada en una columna, basta una cuarteadura para que todo se venga abajo. Y las cuarteaduras, queramos o no, siempre llegan.
Esta regla encuentra su propia excepción en la columna espiritual, la columna central que se alimenta de una fuerza infinita, más allá de nosotros. Esta sola columna puede sostener la casa el tiempo necesario para la reconstrucción.
Todos –absolutamente todos- hemos pasado por momentos difíciles, en donde una o varias de las columnas parecen derrumbarse. Quizás algunos han visto su vida destruida casi por completo. Pero la vida siempre nos permite levantarnos. Por eso es momento de preguntarnos:
¿Cómo están tus columnas?
Seguramente algunas más fuertes que otras. Quizás algunas cuarteaduras pequeñas hayan aparecido en casi todas. Tal vez sea un buen momento para revisar como están esas columnas y poner los medios para que tu proyecto de vida logre fortalecer aquellas que hay que apuntalar, no vaya a ser que en tu carrera desaforada tras ese concepto de éxito que tenemos hayamos descuidado algunas de sus dimensiones que terminen por tumbarte la casa.
La clave arquitectónica para construir una casa duradera y trascendente es el equilibrio, y en nuestra vida el balance.
Para conocer el video completo visita el siguiente link: https://youtu.be/KnAym7Wbs_0
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