Recuperando el valor del hobbie
Hugo Cuesta
Mayo 2022
Si caminas 15 minutos hacia el sur desde la estación Victoria en Londres, podrás encontrar un edificio de 6 gigantescas columnas que dan entrada a un pórtico de arquitectura clásica. Es el museo TATE Britain, que alberga las colecciones más importantes de arte británico.
En él encontrarás muchas pinturas invaluables, entre ellas, algunas de un pintor que seguramente conoces, aunque quizás no por su nombre artístico: David Winter. El Río Loup y Vista del Chartwell representan paisajes localistas en espacios abiertos, pintados con la técnica impresionista propia de la segunda mitad del XIX.
Unas pinturas más dentro de un museo más, podrías pensar. Y, sin embargo, al acercarte aún más a las obras, podrás notar algo extraordinario: el verdadero nombre del pintor, Sir Winston Churchill.
Churchill es, sin duda, el primer ministro inglés más reconocido -y quizás, más relevante- de la historia, un político brillante que fuera la cabeza de las fuerzas aliadas durante la Segunda Guerra Mundial. Fue un hombre complejo y decidido que -en su época- cargó sobre sus hombros el destino de Europa y del mundo. Y que, además, realizó más de 500 obras durante su prolífica carrera como pintor. “En los momentos más horrendos de mi existencia, era la pintura lo único que podía salvarme de la locura” dijo en alguna entrevista. En 1947 -apenas meses después del término de la Guerra-, dos de sus obras fueron aceptadas por primera vez en la Academia de las Artes de Inglaterra.
¿Cómo es que Churchill, con su agenda llena de cosas tan importantes, se daba el tiempo para pintar? ¿No es esto lo opuesto a lo que nos enseñan en las escuelas de negocios? “¿Concentración, focus, constancia y eficiencia?”. Y, sin embargo, el caso de Churchill está lejos de ser el único. Muchos grandes hombres han tenido y siguen teniendo hobbies y pasatiempos valiosos.
La palabra “amateur” no es, como a veces suponemos, una palabra de bajo valor, sino lo opuesto. “Amateur” es la palabra francesa para “aquél que ama algo”: es una palabra de pasión y entrega. Así entendida, no es raro que tantas personas “amateurs” dediquen tiempo y energía a lo largo de su vida, para alimentar la pasión que sienten por actividades que van más allá de su trabajo.
Siempre he defendido la importancia de fomentar y mantener hobbies que añadan a nuestra vida el color del juego y un ambiente festivo; también la de desarrollar la capacidad de disfrute y explotar los gustos y aficiones que vamos desarrollando a lo largo de la vida. Si de hobbies se trata, no importa tanto el talento para alguna afición en particular, sino la pasión que despierta y la adrenalina y diversión que nos genera. El atardecer de la vida es la etapa en donde agradeceremos el haber invertido tiempo y energía en mantener vivos los hobbies que nos han acompañado a lo largo de la vida.
Poco a poco, con la madurez, vamos entendiendo que no todo en la vida se mide en pesos y centavos; en estadísticas, diagramas y reportes. De ser así, ¿cómo mediríamos la satisfacción y el placer que nos causa una caminata en el bosque al atardecer?, ¿O la de ver a nuestro equipo favorito levantar un título? ¿O de ver una buena carrera de Fórmula 1 en la televisión, con nuestro piloto favorito en el podio? ¿O de una buena lectura en una tarde sin prisa en la playa? ¿O de un buen “palomazo” cuando nuestros acordes se asemejan al “cover” que queremos tocar? ¿O de una buena rodada con los amigos?
Estoy de acuerdo que en el entorno académico o de los negocios, la medida de las cosas son los resultados concretos. En el primer caso, una buena calificación, y en el segundo, un buen estado de resultados. Pero a estas alturas de la vida, ya hemos aprendido que la persona va mucho más allá de sus responsabilidades académicas y profesionales. Y ahí es donde entran los hobbies. Éstos son, en mi opinión, lo que oxigena y tiñe a la vida con otros colores y humores. Al sentir las mariposas en el estómago cuando presentamos nuestro nuevo libro al editor, o cuando nuestro equipo va a jugar un clásico contra el odiado rival, todo lo demás parece perder importancia. Contamos los días y las horas para el silbatazo inicial. A medida que se acerca la hora, empieza a subir la tensión que se combina con la emoción y el nervio que nos recuerda lo mucho que nos importa el tema.
Conozco a muchas personas (incluyendo al que esto escribe) que batallan con el remordimiento de conciencia al realizar algún hobbie, cuando parece que ese tiempo se lo quitamos al trabajo o a nuestras responsabilidades cotidianas.
Esta es una lucha interior, en la que algunas personalidades intensas debemos aprender a sobreponernos a este auto sabotaje. Nuestro inconsciente pretende hacernos sentir mal al vernos disfrutar de alguna actividad que no está estrictamente relacionada con nuestras responsabilidades. Ese remordimiento toma voz y parece susurrarnos: “Estás perdiendo el tiempo...”
No pretendo decir que los hobbies deben tomar el protagonismo de nuestra vida, ni mucho menos colocarse por encima de nuestras responsabilidades familiares o profesionales. Creo que, en todo caso, deben ser un sabroso complemento en la vida, sin que afecte nuestros roles prioritarios. Sobre todo, en el otoño de la vida, cuando empezamos a tener más tiempo para disfrutarlos.
Los hobbies ordenados no le quitan tiempo a la vida, sino que le añaden años, intensidad y color. ¿Cuánto tiempo hay que dedicarles a los hobbies?, es una que sólo tú sabrás responder.
Independientemente del tiempo que dediques a tus hobbies, considera que tenerlos ya es una gran ventaja. Conozco a muchas personas que se refugian en el trabajo, entre otras razones, ¡porque no saben hacer otra cosa! Y es que nunca se dieron el tiempo de desarrollar un hobbie. Ni siquiera se han planteado lo que les gusta hacer, porque después de tantos años de estar entregados en cuerpo y alma al mundo del trabajo, han olvidado incluso qué es aquello que disfrutan.
Algunas veces podemos encontrar dificultad en recordar aquello que nos gusta hacer. Si no lo has hecho aún, te propongo hacer una lista de aquellos hobbies, pasatiempos o actividades que te gustan, te relajan, te apasionan y te hacen sentir vivo. Una vez identificados, vale la pena que hagas un compromiso contigo mismo para dedicarles el tiempo y la energía que requieren, y -a pesar de ser un pasatiempo- hacerlo con toda la seriedad posible.
En realidad, el hobbie es lo de menos, lo que realmente importa es que te conviertas en su verdadero “amateur”.
¿Cuál es el tuyo?
Para conocer el video completo visita el siguiente link: https://youtu.be/MGf3WHUyedo
Imagenes de Imagen de: <a href="https://www.freepik.es/foto-gratis/artista-senior-estudio-pintando-acuarela_38673680.htm#&position=48&from_view=collections&uuid=a05178d1-48c4-4da8-b9e4-31562791a057">Freepik</a>
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